Daniel Pi
@BastionBoxeo
Este sábado, antes de que Sadam Ali y Jaime Munguía salten al ring en el Turning Stone Resort and Casino de Verona (Estados Unidos) para pugnar en un campeonato mundial del peso superwélter, el monarca WBC del peso supergallo Rey Vargas (31-0, 22 KO) afrontará la puesta en juego más difícil desde que se coronó midiéndose a Azat Hovhannisyan (14-2, 11 KO), que por su boxeo técnico pero agresivo y de ritmo heterodoxo supondrá una prueba de fuego para dirimir el lugar del titular mexicano en la categoría.
Como esta es una defensa voluntaria se podría pensar que la promotora del titular ha apostado demasiado alto innecesaria y desacertadamente, pero dado que tanto Vargas como Hovhannisyan pertenecen a la escuadra de Golden Boy Promotions, este combate es un riesgo controlado para la compañía, que podrá o solidificar la posición de un campeón hasta ahora sin excesivo tirón o encumbrar a un púgil que genera peleas entretenidas, saliendo derrotado en cualquier caso un boxeador joven, con cualidades y perfectamente capaz de pelear en un nuevo mundial más adelante.
A pesar de la gran ventaja en altura con la que contará y que casi dobla en combates profesionales a su oponente, Vargas no será tan claro favorito como en otras ocasiones, ya que Hovhannisyan ha alcanzando un sensacional rendimiento entrenando con Freddie Roach, que ha explotado bien las virtudes de este púgil de buena carrera amateur, en la que llegó a ser oro europeo en categoría cadete y alcanzó los cuartos de final de un mundial, siendo vencido por el actual monarca del peso pluma Óscar Valdez.
De todos modos, aunque el armenio residente en Los Ángeles posee grandes recursos técnicos, su nivel de combatividad es muy elevado, permaneciendo atento a las acciones de sus oponentes para acortar en el momento adecuado la distancia de manera súbita y conectar fortísimos ganchos encadenados. Por otro lado, posee una velocidad de manos tremenda y una pegada tanto o más preocupante, elementos que le permitieron, en su combate más reciente, batir en seis asaltos a un Ronny Ríos que le ofreció una trabajada defensa a Rey Vargas en su penúltima subida a un ring, vencida a los puntos.
Centrando su atención en buscar contraataques decisivos sobre los golpes de poder de sus oponentes, Hovhannisyan se muestra vulnerable a los rápidos jabs de sus adversarios, arma con la que un Vargas con gran alcance debería cimentar su camino al triunfo, especialmente no dejando que el aspirante pueda pensar. No obstante, si bien tendrá que intentar mantener la distancia para evitar las contundentes descargas en corta de Hovhannisyan, su toma de riesgos desde la distancia larga debería ser muy sopesada, dado que una transición de posición ofensiva a defensiva insuficientemente rápida podría suponerle un brutal croché a la contra que, teniendo en cuenta que ha padecido varios knockdowns en su trayectoria, perfectamente podría llevarle a la lona.
Muy al contrario de preocuparse por ello, el mexicano afirma que está dispuesto a intercambiar golpes con Hovhannisyan, estrategia que podría ser un completo error por lo ya expuesto añadido a las irregularidades que “Crazy” comete de forma frecuente, como dar cabezazos de forma totalmente intencionada, algo que se pudo ver ante Ríos. Así, Vargas, que no es tan resuelto en el boxeo sin espacios y que padece de forma habitual cortes por choques de cabeza por la disparidad de altura con sus rivales, se podría ver inmerso en una maraña de la que su cuestionada pegada (no ha vuelto a sumar un nocaut, ni ha estado cerca de él, desde que se mide a púgiles del top 15) difícilmente le podrá sacar.
Con 54,900 kg por parte del aspirante y 54,450 kg por parte del campeón, ambos boxeadores se mantuvieron por debajo del límite del peso supergallo (55,350 kg) en el pesaje y están listos para combatir.
