Jaime Cuadros y Roberto Casado

Fernando Sanz
Ig:@fer_tito_14

El madrileño Roberto Casado (4-3-1, O KO) había peleado por última vez en mayo de 2017, perdiendo por puntos con Damián Biacho. Casi ocho años después, en diciembre pasado, Casado volvió al cuadrilátero. El púgil de The Palace Boxing, que tiene 39 años, ha demostrado una renovada mentalidad y un enfoque diferente al de sus inicios.

En sus recientes victorias, incluyendo la última obtenida el pasado 15 de febrero en el Mad Fight Stadium contra Zeinel Elbir (20-3, 15 KO), Casado ha demostrado que, si bien el triunfo es importante, lo primordial es disfrutar del proceso. «Me encuentro bien y, aunque fue un combate exigente, no he sufrido consecuencias negativas», afirmó tras la victoria. «No tengo ningún combate programado. Las propuestas que recibamos serán estudiadas cuidadosamente. Sin presiones, sin prisas y sin objetivos predeterminados».

«Lo dejé porque necesitaba tiempo para atender a mi hijo»

Un regreso con una motivación distinta
Cuando Casado dejó el boxeo en 2017, su decisión fue motivada por la necesidad de estar más cerca de su familia, especialmente de su hijo. «Cuando me retiré en 2017 fue porque mi hijo tenía 3 años y necesitaba también tiempo para atenderle. No podía disfrutar de él. Me saturé y decidí dejarlo», explicó el boxeador. La vida personal y el equilibrio familiar fueron factores cruciales para su retiro en ese entonces.

Sin embargo, su regreso no ha sido por presión ni por un deseo de cumplir metas deportivas. «Siempre pienso que el resultado es lo de menos. Yo el otro día al final salí contento conmigo mismo», afirmó.

El boxeo, para Casado, no se trata solo de medallas o títulos, sino de disfrutar del camino, algo que la motivación de su entorno le ha ayudado a mantener. «Mis motivaciones y mis apoyos son mis propios compañeros. Esa motivación y ganas por seguir de la gente que está a tu lado es un gran apoyo», destaca. «El boxeo es un deporte duro que exige mucho más que el físico”.

Elbir-Casado

Según Casado, el boxeo trasciende el esfuerzo físico, siendo un deporte de gran exigencia que difiere del tenis o el fútbol, pues demanda tanto fortaleza física como mental. Este equilibrio entre lo físico y mental lleva a muchos boxeadores a retirarse prematuramente, ya que la recompensa económica y deportiva suele ser insuficiente para el esfuerzo realizado.

«Me siento bien en el boxeo y tengo la mente más tranquila»

A pesar de las dificultades y los sacrificios, Casado se siente más libre que nunca. «He encontrado la motivación porque disfruto de lo que hago. He seguido entrenando, siempre he sido una persona muy deportista. Soy consciente de que a los 39 años pueda sorprender a algunos, pero así es como vivo este momento, me siento bien y tengo la mente más tranquila», comentó con una sonrisa.

Un futuro abierto, sin límites
En la actualidad, Roberto Casado no contempla el fin de su trayectoria profesional; aunque desconoce la duración de esta etapa, su objetivo es aprovechar al máximo las oportunidades que se presenten. «Ignoro cuánto tiempo ni hasta dónde llegará esto, pero mientras tanto continuaré aprovechando las oportunidades que surjan», afirmó.

Casado ha regresado al boxeo para disfrutarlo sin presiones ni agobios, con la mente despejada para explorar nuevas posibilidades. Su regreso es un ejemplo de que, en ocasiones, el verdadero éxito no reside únicamente en la victoria, sino en la capacidad de disfrutar del proceso y seguir dedicándose a lo que le apasiona.