Darío Pérez
@Ringsider2020
Ronny Ríos (California, 1990) será una de las atracciones de la velada que el 13 de febrero organiza Golden Boy Promotions. Tras unos inicios espectaculares y una etapa dubitativa, Ríos retomó la actividad en 2019 y, desde entonces, lleva tres convincentes victorias. Su objetivo es volver a disputar, y esta vez ganar, un título mundial como ya hiciera en 2017, cediendo ante Rey Vargas. El siguiente paso, Óscar Negrete.
-Hola, Ronny. Antes de nada, cuéntanos un poco tus orígenes, ya que eres nacido en California, pero tus apellidos son claramente hispanos.
-Hola. Sí, mi mamá se apellida Quezada y es de México, de un pueblecito en Zacatecas llamado Salitre, cerca de Aguascalientes. Mi papá es de Guerrero, también en México.
-¿Cómo son tus comienzos en el mundo del boxeo? ¿De dónde procede tu afición?
-El boxeo llegó a mí cuando tenía trece años. Una vez que mi madre se había ido a México o a Las Vegas durante unos días, no recuerdo, me estaba cuidando mi tío, y él es un fanático del boxeo. Tenía muchas revistas sobre boxeo y yo las empecé a leer y me encantó el boxeo. La primera pelea que vi en mi vida fue Chris Byrd contra Fres Oquendo, y la mejor que vi José Luis Castillo-Floyd Mayweather, la segunda. Al poco, ya empecé a ver mucho más boxeo de seguido y comencé en el gimnasio y a entrenar…y el resto es historia.
-Tuviste una premiada carrera amateur, con campeonatos nacionales y varios títulos Golden Gloves, pese a dar el paso a profesionales muy pronto. Cuéntanos tus mejores momentos de esa etapa.
-Fueron años muy buenos, gracias a Dios, pero te voy a decir unas palabras que siempre me repite mi entrenador: Mi momento favorito es el que sigue. No soy de recordar lo que hice en el pasado, lo que ahora estoy pensando es en el futuro.
-Vamos a intentar evocar algunas sensaciones. Eres profesional desde los 18 años. ¿Qué supone eso siendo tan joven, a qué implica renunciar para centrarse en vivir de un deporte tan sacrificado?
-No solo en el boxeo, sino en cualquier deporte, ser profesional equivale a mucha disciplina. Hay mucha gente que empieza a entrenar, pero no se lo toma en serio: salen a fiestas, beben y todo eso. Yo me dedico a mi familia, a mi esposa, mi hijo, entrenar, descansar… Es un estado de gran disciplina. También en lo que comes, incluso quitas tiempo a tu familia por la dedicación y más cosas, es eso, muchísima disciplina (con rotundidad).
«El boxeo equivale a mucha disciplina»
-Desde el principio tuviste la aureola de gran promesa, y por eso ya tan joven peleas en carteleras y escenarios de primer nivel: Hard Rock Hotel and Casino de Las Vegas, Staples Center de Los Angeles, etc. ¿Eso supone para alguien joven una motivación extra o tiene también un puntito de presión, de peso sobre tus hombros?
-Al principio, la verdad, sí que es algo de presión, ves cosas muy grandes y campeonatos… Pero ya con la edad vas viendo las cosas un poco diferentes; yo me preparo ahora para ser el mejor en el ring, lo que pase fuera no es mi problema, como tampoco es mi problema lo que esté haciendo mi rival. Yo ahora solo me concentro en lo que tengo que hacer y he de hacer.
-Cuando ya estás como cabeza de cartel y asomando al mundo de los títulos, te llega una derrota inesperada, frente a Robinson Castellanos. ¿Qué puedes contarnos del combate y de lo que mentalmente supone sufrir la primera derrota cuando eres un boxeador en ascenso? ¿Es como si se te acaba el mundo o no hay que dramatizarlo?
-En aquel tiempo, sí que fue como si se acabase el mundo (ríe). Pero yo perdí por mi culpa, no tengo que mirar a otro lado y tuve que aprender que hay que prepararse mejor. Me dolió mucho, pero al final todo pasa por algún motivo.
-Te recuperas muy bien de ese contratiempo y enlazas otra gran racha de triunfos muy importantes, como frente a Jayson Vélez y Roy Tapia. Eso te da la oportunidad que sueña todo boxeador, ser aspirante al mundial. Además de porque Rey Vargas es muy bueno, ¿por qué no pudiste culminar tu camino, pese a realizar un combate muy estimable?
-Todo es mental, también ser campeón. Te puedes preparar para una pelea de la mejor manera posible, pero si tu cabeza no va bien… La cabeza es más poderosa que el cuerpo, y eso es algo que no piensan muchos boxeadores, pero en mi opinión la preparación de la mente es lo más importante.
-Tras tu tercera derrota poco después, ante el sorprendente armenio Hovhannisyan, tienes un parón de un año. ¿Nos puede contar por qué, si fue para reflexionar sobre tu carrera, por alguna lesión, para tomar impulso y retomar el boxeo con más ganas…?
-Efectivamente, tras esa derrota dejé de boxear un tiempo, más de un año, y también dejé de entrenar durante un tiempo. Me retiré “un poquito”. Al final, volví a meterme de lleno en el boxeo con la idea de que esta vez voy a hacer todo para ser el mejor. No regresé por el dinero ni por nada, solo por ser el número uno, y de momento me está yendo muy bien.
-Eso parece, porque en 2019 vuelves mejor que nunca. Gran año para ti, con tres victorias antes del límite, incluyendo a Diego de la Hoya, que llegaba imbatido y a punto de optar al mundial. La pandemia en 2020 frenó todo, por desgracia. ¿Tal como me dices, te sientes en tu mejor momento como boxeador?
-Creo que sí, acabo de cumplir 31 y siento que tengo más energía ahora que cuando tenía 20 años. No sé por qué, pero me siento más fuerte, con el cuerpo cambiando en positivo.
-Cuéntanos entonces cómo estás afrontando tu cita del próximo 13 de febrero ante Óscar Negrete.
-Tengo la voluntad de ganar, solo me veo para ganar la pelea. Sobre el combate, ya sabemos cómo pelea Negrete, pero ¿Qué pasa si quiere cambiar su estilo? Por eso nos estamos preparando para dos o tres “Negretes” diferentes. Pero ya te decía que la convicción es lo más importante, sé que yo tengo que estar más concentrado que él.
«La preparación mental es lo más importante»
-¿Y más adelante? ¿A quién te ves capaz ya de ganar y a quién te gustaría vencer en un futuro?
-Ahora solamente estoy pensando en Negrete, no puedo centrarme ni considerar a ningún otro. No busco a nadie más que no sea mi próximo rival.
-Llama la atención que en 2019 peleases en el límite del supergallo y en gran parte de tu carrera anterior lo hicieses en el pluma o incluso llegando al superpluma. ¿Cómo vas ahora en ese aspecto para reanudar la actividad?
-Estoy bien dando en estos momentos, en 122 libras (55,34 kilos-supergallo), pero es posible que en el año que entra pueda ir hacia las 126 (57,15 kg) del pluma y terminar mi carrera en el superpluma, no sé. Pero ahora estoy con la mente en dar el supergallo, las 122 del combate de ahora.
-Hemos leído comparaciones de tus inicios, incluso con Óscar de la Hoya, a cuya promotora llevas ligado más de diez años. ¿Cómo es tu estilo de boxeo?
-Mi estilo no es muy diferente al del pasado, si bien en combates como el de Cancio me meto más en lo que es la pelea-pelea. A mí me gusta mucho lanzar golpes al cuerpo, porque ahí en el hígado si recibes golpes te produce cansancio más rápido. Utilizo mucho el jab y pego a los dos lados del cuerpo.
-Pues Ronny, la despedida es tuya. Puedes cerrar la entrevista con unas palabras para la afición española que te leerá en ESPABOX. Y te veremos en un par de semanas por DAZN. Gracias y buena suerte.
-Claro que sí. A mi esposa y a mí nos gustaría visitar España. Ojalá en el futuro pudiera ir a pelear allí, pero también de vacaciones, a ver si se nos puede cumplir el deseo. ¡Hasta pronto!