Daniel Pi
@BastionBoxeo

Tras perder el cinturón WBC del peso mosca en el pesaje del sábado, a Daigo Higa (15-1, 15 KO) sólo le restaba contener en la medida de lo posible las críticas a su falta de profesionalidad ofreciendo una buena actuación. Pero, lejos de cumplir su objetivo, este domingo en el Yokohama Arena de Yokohama (Japón) Higa no sólo no se reivindicó sino que fue derrotado totalmente contra pronóstico por el nicaragüense Cristofer Rosales (27-2, 18 KO), que se impuso por nocaut técnico en el noveno round a base de enorme resistencia y perseverancia en una intensa batalla. Hay que recordar que, aunque Higa había perdido el cinto mundial en la báscula, el cinturón estaba en juego para Rosales, que sí dio el peso.

En cuanto al desarrollo del encuentro, Higa comenzó la pugna sin prisas, intentando evitar ser un blanco fácil para la buena mano adelantada de su oponente, que presionó en cierta medida y se mantuvo activo con los rectos. Aun así, el extitular se mostraba veloz y efectivo con su jab, además de muy astuto para conectar a la contra potentes ganchos zurdos, llegando también en el segundo round con un directo que movió ligerísimamente al visitante. Pese a ello, haciendo gala de su tenacidad, Rosales no cedió un ápice, sino que contestó con frecuencia y ritmo para mantener igualados los intercambios e incluso recobrar la iniciativa.

Con ambos empezando a tener el ojo derecho algo inflamado, el tercer round dejó una intensificación de las acciones y claros golpes de poder en los cruces de golpes que se produjeron, si bien el hook de izquierda de Higa seguía haciéndose notar, especialmente al torso. Fuese por una disminución de la velocidad de piernas de Rosales a causa de los golpes al hígado recibidos o por otro motivo, el japonés pudo boxear más en el cuarto episodio, desplazándose, jabeando, realizando entradas y salidas y efectuando buenas esquivas, aunque la ventaja en altura y en alcance y la determinación del aspirante le permitieron sorprender igualmente con fuertes golpes aislados.

Oscilando el encuentro entre ofensivas de uno y otro, en el quinto asalto Higa finalmente pareció menoscabar a su adversario con sus puños al cuerpo en un durísimo cruce de golpes, pero en el siguiente round era el excampeón el que acusó la acumulación de castigo y tuvo que esforzarse por mantenerse en la pelea ante las agresivas series del nicaragüense. Con todo, en el séptimo episodio de nuevo Higa caminó bajo la lluvia de uppercuts de Rosales y llegó con demoledores ganchos al cuerpo que pudieron llegar a sugerir un punto de inflexión a su favor, si bien el aspirante volvió a restablecerse rápidamente.

Sin que ninguno de los dos lograse imponerse, pero teniendo la voluntad de hacerlo, los intercambios de golpes se mantuvieron e incluso recrudecieron, sucediéndose los apuros de ambos, que para Higa en el octavo asalto fueron realmente serios tras recibir un duro gancho de izquierda sucedido por agresivas combinaciones. Después de ello, y en un noveno round en el que Higa se mostró afectado en contraste con un Rosales que evidenciaba una energía que resultaba increíble por el castigo recibido y por el ritmo que había mantenido el enfrentamiento, el equipo del japonés decidió que no iba a poner en riesgo a su boxeador y a medio round, y sin acciones de evidente peligro, optó por detener el encuentro.
Quizás Higa pudo haberse sobreesforzado para intentar superar la báscula, pero esto no debe servir de excusa ya que fue fruto o bien de problemas en la preparación o de un error de planificación a la hora de decidir seguir combatiendo en una división en la que ya no se puede mantener.

Sea como sea, no recibiendo casi ninguna oportunidad en las casas de apuestas y habiendo sido tratado en el pasado como una mera piedra de toque para figuras en alza, Rosales se hace con una corona mundial derrotando como visitante al que estaba alzándose como el más temido noqueador de las divisiones más ligeras. Así, Rosales, primo de “Chocolatito” González, experimentará un aumento de su cotización enorme, aunque a las puertas tendrá un reto realmente complicado, puesto que como número 1 del ranking WBC y como posible primer retador obligatorio tendrá a un Andrew Selby que le derrotó el pasado año por decisión unánime.