Ayer viernes por la noche en el York Hall de Londres, Queensberry Promotions organizó una gala con el mayor (y casi único) aliciente de ver el Campeonato de Europa del peso ligero.

Sam Noakes (15-0, 14 KO) mantuvo sin problemas el título, obtenido en el mes de abril ante el veterano francés Yvan Mendy. En la primera defensa, el británico se impuso al italiano Gianluca Ceglia (21-5-1, 4 KO), que tenía su segunda oportunidad para convertirse en monarca continental de la categoría. Sin embargo, Noakes no dio apenas oportunidades al aspirante.

El local comenzó con la agresividad que le caracteriza, alternando potentes rectos por el centro de la guardia de Ceglia con durísimos impactos a las zonas bajas del tronco. Todo ello fue haciendo mella a pesar de los intentos aislados y poco convincentes del italiano por dañar al campeón, con un grado de peligro totalmente distinto que en la dirección opuesta.

Esta tónica hizo que, al final del octavo round, el retador y su esquina decidieron que era demasiado castigo, también debido a la inflamación del ojo derecho que presentaba. Noakes dominó toda la pelea con una presión mantenida pero con cautela y ritmo contenido. Buen triunfo para Noakes, en la que no fue su más brillante aparición pero con una solidez a prueba de bombas.