Daniel Pi
@BastionBoxeo
Foto: Ryan Hafey/Premier Boxing Champions

El cinturón de campeón mundial WBA del peso superpluma dejado vacante por Gervonta Davis ya tiene un nuevo dueño, el mexicano Leo Santa Cruz (37-1-1, 19 KO) (en la imagen) que, en el respaldo del Wilder-Ortiz II que se disputó la pasada noche en el MGM Grand de Las Vegas, derrotó al mexicano-estadounidense Miguel Flores (24-3, 12 KO) por decisión unánime de los jueces. Las tarjetas fueron excesivamente generosas con Flores, que perdió un punto, dando un incomprensible 115-112 y doble 117-110.

El enfrentamiento resultó monótono, con Santa Cruz imponiéndose round tras round por precisión y eficacia tanto presionando como en respuesta en los cruces de golpes. Sabiendo que el “Terremoto” evita a los boxeadores dinámicos, Flores hizo todo lo que pudo para, pese a no ser este su estilo, mantenerse activo de piernas y dificultar la persecución de su adversario, contra el que realizaba salteadas arremetidas. Aun así, y aunque Flores no empezó mal e impactó algunos ganchos arriba y abajo en combinación, poco tardó Santa Cruz en conectar fuertes hooks al hígado y crochés diestros en corta e impactar nítidas series de rectos avanzando contra su adversario.

Cuando Flores se desplazaba no lanzaba suficientes puños para mantener igualado el round y en los momentos en los que se decidía a pasar al ataque los claros contragolpes de Santa Cruz le recibían, incluso cuando intentaba atarlo con un clinch, por lo que el no favorito se vio bastante anulado tácticamente a pesar de que sus curvos llegaron con cierta fuerza eventualmente. Por todo ello, y habiendo perdido este un punto por insistir en el agarre en el octavo round, la pelea pareció sentenciada al entrar en el último cuarto, en el que Flores conectó alguna combinación en corta, en el que Santa Cruz padeció un corte cerca de su ojo izquierdo pero en el que realmente la tónica general se mantuvo sin variaciones cruciales.

Leo Santa Cruz es ya campeón mundial en cuatro divisiones, pero es inevitable considerar, mirando a su récord, que habiendo compartido categorías con decenas de boxeadores de un talento desbordante, la cantidad de rivales a los que se ha enfrentado que fuesen brillantes y que estuviesen en buen estado de forma es muy reducida.

El púgil asegura que quiere medirse a los mejores y que ningún reto le espanta, pero hablar es gratis, debiéndose demostrar esa buena voluntad poniendo frente a sí a los mejores en el ring, ni más ni menos. Próximamente, se espera que Santa Cruz deje vacante su corona del peso pluma y se centre en su reinado en el peso superpluma, categoría con campeones y aspirantes de gran nivel en la que, nuevamente, no tendrá excusa posible si evita pactar choques que satisfagan la voluntad de los aficionados y que le den a él la posibilidad de mostrar cuál es su valía mucho más allá de lo que ya ha evidenciado.