Hoy domingo en el Ariake Arena de Tokio, la poderosa empresa nipona Teiken ha cerrado la primera de las dos galas seguidas ofreciendo un gran mundial, como se preveía.

El título WBA del peso gallo era arriesgado por el campeón Takuma Inoue (20-2, 5 KO) ante Seiya Tsutsumi (12-0-2, 8 KO), en lo que ha resultado uno de los choques más espectaculares del año. Ya avisábamos en ESPABOX, previa mediante, que nadie debía perderse un duelo explosivo, donde Inoue ha pagado la falta de actividad en algunos tramos ante el belicoso aspirante. Tsutsumi siempre proponía algo más, a pesar de la sensación de que su rival era mejor pugilista cuando se ponía el mono de trabajo.

Solo había un problema para el ya excampeón: que no bajaba al barro muy a menudo y así se le iban escapando varios parciales. El duelo de presión que propuso el retador abrumaba en ocasiones a Inoue, que poco a poco veía que se le escapaba el duelo. Sí que veíamos a veces el tarro de las esencias del hermano del Monstruo, dañando incluso alguna vez a Tsutsumi, pero sin la continuidad necesaria como para asegurarse la retención del título. Incluso el árbitro le contaba en el décimo round a Inoue, apoyado entre las cuerdas para no caer tras una extraña acción, algo que pudo decantar el envite para dos titanes que terminaron exhaustos buscando una milagrosa mano final que nunca llegó.

Las cartulinas fueron unánimes para Tsutsumi, nuevo campeón de forma justa. Sin embargo, el 117-110 parece a todas luces excesivo ante los más reales 115-112 y 114-113 a favor del bravo japonés.