Daniel Pi
@BastionBoxeo
En el documento oficial del WBC en el que se dio a conocer que Saúl “Canelo” Álvarez había sido nombrado primer campeón franquicia, creándose una dualidad de titulares en el peso medio, se especificó que el organismo se había otorgado el derecho de declarar hasta un titular franquicia por división. De ese modo se generó directamente un nuevo interrogante, que planteaba quiénes serían los siguientes en recibir dicha etiqueta.
Mirando al cuadro de campeones del WBC, analistas y aficionados comenzaron a especular sobre este aspecto, llegando la mayoría a una rápida conclusión. ¿Quién reina en una división emblemática, es conocido por el gran público, está consolidado como monarca y está evitando sostenidamente sus obligaciones como campeón mundial gracias a la complicidad del WBC? Efectivamente, la respuesta es el monarca del peso pesado Deontay Wilder (41-0-1, 40 KO), que numerosos rumores sitúan como el siguiente que recibirá la nueva proclamación.
La posible designación como campeón franquicia de Wilder podría ser cuestionada y reprochada por todo el mundo debido a las ventajas injustas que conlleva el nombramiento, como la disolución de facto de las defensas obligatorias, pero a nadie le perjudicaría tanto como al británico Dillian Whyte (25-1, 18 KO).
Debemos recordar que Whyte lleva situado como número 1 del ranking WBC del peso pesado cerca de dos años, que ganó una eliminatoria ante Dereck Chisora en diciembre de 2016 y que ha superado, entre otros, a Joseph Parker, Robert Helenius y a Lucas Browne, todo ello sin recibir una oportunidad mundialista. Por su parte, en sus cuatro años y medio como campeón, Wilder sólo ha realizado dos defensas obligatorias, ambas terminadas en el round inicial y ante boxeadores que entraron al combate sin que se les diesen posibilidades, como un Stiverne dos años inactivo y en baja forma y un Breazeale hecho a medida para el boxeo de “The Bronze Bomber”.
Por ello, teniéndose en cuenta el trato de favor otorgado por el WBC a Wilder y que éste no se ha mostrado dispuesto a pelear contra Whyte, ni siquiera por la mayor bolsa de su carrera, el citado contendiente número 1 WBC y su promotor Eddie Hearn temen que el estadounidense se aproveche de la libertad que le otorgaría la condición de campeón franquicia para no enfrentarse a él prácticamente nunca. De ese modo, Hearn ha sido claro y ha afirmado que no desea que Whyte pelee por el cinturón de subcampeón WBC sino que quiere el máximo duelo ante Wilder:
“Es un problema, porque si Dillian Whyte derrota a Óscar Rivas el 20 de julio en el O2 será campeón mundial WBC interino y será el aspirante obligatorio de Deontay Wilder. Lo que no queremos es que Wilder tenga la oportunidad de convertirse en campeón franquicia y que Dillian Whyte reciba un asalto a lo que sería el cinturón WBC “regular”. Veremos lo que pasa”.
Asimismo, añadió en otro momento:
“Tenemos a Dillian Whyte preparándose para ser aspirante oficial. No queremos pelear por un título vacante cuando Deontay Wilder sea ascendido a campeón franquicia. Jermall Charlo no es un campeón mundial. No ha derrotado a un campeón mundial. Es un buen boxeador, pero le han regalado un título”.
Dado que todavía no ha habido una declaración oficial y definitiva respecto al posible nombramiento de Wilder por parte del WBC, habrá que esperar hasta que se acerque más la fecha del Whyte-Rivas para conocer si va a dar el paso o no, pero este es sólo un ejemplo del miedo y de la incertidumbre que ha cundido entre muchos púgiles que han trabajado duramente para lograr las oportunidades más grandes de sus vidas y que temen que su esfuerzo termine siendo en balde debido a esta nueva norma repulsiva.