Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

La boxeadora barcelonesa Tania Álvarez (13-1, 2 KO) ha retenido su corona europea del peso supergallo esta noche en el Casal Cultural de Castellbisbal (Barcelona) ante un lleno de unos ochocientos espectadores, derrotando con claridad a la aspirante oficial inglesa Katie Healy (9-2, 0 KO), que no pudo controlar el vendaval habitual de la campeona.

Además, consigue, como decíamos, el honor de ser la boxeadora española más joven (23 años) en lograr tres títulos de Europa. Tras un primer asalto en el que salió acelerada e imprecisa Tania Álvarez, poco a poco fue ubicándose en su distancia ideal, la distancia de mínima seguridad, colocando los golpes más claros y cogiendo cada vez más confianza. Decíamos que su mayor velocidad y anticipación podrían ser la clave del combate, como así fue. Hubo duros cambios de golpes en la corta, pero la inglesa, cada vez más lenta, no se quedaba por convicción, si no porque no podía desconectarse del vivo ritmo de la ya tricampeona de Europa. Uno tras otro fueron llegando los asaltos para Tania Álvarez y la victoria para ella fue justa en rondas muy similares y de rotundo castigo para la británica. Los jueces puntuaron 100-90, 98-93 y 98-92, siendo nuestra puntuación de 99-91 para Tania Álvarez.

Una excelente actuación de Tania Álvarez que, como suele comentar, es fiel a su estilo, presión, empuje, golpeo, a cambio de boxear en la distancia en la que también se reciben muchos golpes, pero el cómputo fue muy favorable a la española.

Tras la pelea comentó que estaba satisfecha de su actuación y que no tenía prisa por disputar el mundial, que incluso podría hacer una defensa voluntaria de su título. Enhorabuena a nuestra campeona, que pone su granito de arena en la historia de nuestro deporte.

En el otro combate profesional de la noche, a cuatro asaltos, el peso pluma ucraniano residente en Barcelona Dmytro Kulida (2-0, 1 KO) venció por KOT en el segundo asalto al rumano Ciprian Sofian (1-1, 1 KO). En el segundo round, Kulida llegó claro a Sofian, que notó las manos y se dio la vuelta, parando el árbitro Raúl González la contienda. El rumano se fue enfadado del ring, creemos que con su entrenador o con él mismo, y dejó solo al ucraniano en la ceremonia del vencedor.