El luchador irlandés de 36 años Conor McGregor, excampeón de la UFC del peso pluma y ligero, y contendiente de Floyd Mayweather, es noticia a diario por sus múltiples polémicas y retos a diversas personalidades. Aunque el dublinés hace años que dejó atrás la etapa más brillante de su carrera deportiva, sigue empeñado en obtener una última gran bolsa. Su última pelea en la UFC se celebró hace más de tres años ante el estadounidense Dustin Poirier con derrota y aparatosa lesión.

McGregor no se olvida de la gran bolsa que recibió en ante Floyd Mayweather en 2017, perdiendo por nocaut técnico en diez asaltos, y ahora ha llamado a uno de los grandes del boxeo en la actualidad, el campeón mundial superwélter WBA, el púgil de Omaha Terence Crawford, para ofrecerle la posibilidad de enfrentarse en dos combates: uno de boxeo y otro de Artes marciales mixtas.

Para convencer a Crawford, McGregor le intentó seducir con una cantidad elevada de millones de dólares, pero el estadounidense ha dado su negativa a enfundarse los guantes de cuatro onzas. El objetivo de Crawford es centrarse en ser el primer púgil en conseguir los cuatro cinturones de tres divisiones distintas, tras igualarle el japonés Naoya Inoue con el reinado en las categorías gallo y supergallo y el ucraniano Oleksandr Usyk en el crucero y en el pesado. Crawford ha acaparado por ahora los cuatro títulos del peso superligero y del peso wélter. Si quiere reinar totalmente en el superwélter, debería vencer a los otros campeones, el del WBC y WBO, el gigante Sebastian Fundora, y el del IBF, el ruso Bakhram Murtazaliev.

Por otro lado, Mc Gregor solo ha realizado un combate en el boxeo profesional, el que le enfrentó a Floyd Mayweather, por lo que parece que tendría pocas opciones ante Crawford si se vieran entre las dieciséis cuerdas y no entre las rejas del octógono.