Darío Pérez
@ringsider2020
Fotos: Zain Mohammed and Grant Trouville/No Limit Boxing

Buena pelea vivimos la pasada madrugada, ya con el canto del gallo que anuncia el alba, en el Gold Coast Convention Centre de Broadbeach (Australia), donde una estrella anunció que se iba de casa tras hacerse mayor.

Tim Tszyu (24-0, 17 KO) defendía por primera vez el título mundial WBO superwélter, que había obtenido tras ser destronado Jermell Charlo, al no defenderlo en su debido plazo. Con un recinto lleno para ver al ídolo local, no lo tuvo fácil este contra el estadounidense Brian Mendoza (22-3, 16 KO). Fue un combate complejo, donde se medían dos deportistas en excelente racha y la plenitud total, de una edad óptima y la suficiente experiencia profesional como para conocer todos los trucos del gremio.

Los primeros asaltos, podríamos decir la mitad inicial de las acciones, fueron relativamente igualados; Tszyu quería mandar, coger el centro del ring e imponer su velocidad de crucero que poco a poco se va incrementando hasta desgastar a sus oponentes. Sin embargo, La Bala no estaba de acuerdo con ello y se quedaba, impertérrito, en el medio del tapiz dándole la réplica al campeón. Poco, nada, retrocedía el invitado al banquete, queriendo quitarle el protagonista al agasajado por la multitud. La intensidad, bien es cierto, no era frenética, pero se notaba tensión: Tszyu debía ponerse el mono de trabajo para sacar el trabajo adelante. Y así fue.

A partir de los rounds centrales, el trabajo de demolición empezó a dar sus frutos, y los primeros apuros serios del aspirante llegarían en el séptimo asalto, donde recibía un daño considerable. El anfitrión iba firme, seguro, sin apresurarse, desgastando a un Mendoza cada vez más quebrantado hasta casi ser noqueado en el undécimo asalto. «Tiene unos atributos como el caballo de Espartero», pensarán unos, mientras que otros seguramente achaquen de nuevo a Ismael Salas no proteger a sus pupilos y dejarlos recibir un exagerado castigo sin sacar la toalla a pasear. Sea como fuere, el estadounidense asimiló todo golpe recibido y no solo acabó en pie el duodécimo asalto, sino que incluso se lo compitió a Tszyu. Las cartulinas de 117-111, 116-111 y 116-112 son aceptables para un pleito con la primera mitad igualada y una segunda casi monocolor.

Tszyu se despide de su país y señaló que, desde ahora, buscará conquistar la tierra de los sueños, también boxísticos. Peleará ya en Estados Unidos hacia marzo o abril de 2024, y su rival soñado es quien le evitó y aún conserva los otros tres títulos mundiales en su poder, Jermell Charlo. ¿Aceptará el envite, subirá de peso o buscará otros rivales el Charlo menos inactivo? La respuesta se la contaremos muy pronto a nuestros lectores, tan impacientes como nosotros de saber el futuro de la división.

Tim Tszyu

En los preliminares, simplemente destacar el triunfo de Sam Goodman (16-0, 7 KO), a doce asaltos en el peso pluma, frente a Miguel Flores (25-5-1, 12 KO), a quien quitaron dos puntos por diversas irregularidades. Si hablábamos de asimilación de los guantazos sufridos de Mendoza, el también norteamericano Flores recibió similar o incluso mayor correctivo ante el buen Goodman (perdón), siendo el triunfo inapelable para el australiano por doble 120-105 y 118-107.