Daniel Pi
@BastionBoxeo
En muchísimas ocasiones los combates de boxeo generan preguntas complejas que se deben afrontar desde la óptica de la lógica deportiva y del estudio del rival, por ejemplo, cómo plantear un combate de revancha ante alguien que ya te ha derrotado, cómo vencer a un zurdo, cómo evitar la mejor mano de un noqueador, etc. Con todo, este viernes se producirá un campeonato mundial que plantea una pregunta diferente, que no es otra que cómo se puede vencer a alguien que ha dado positivo en control antidopaje y ni siquiera ha sido sancionado.
Esta es la tarea que le toca abordar al excampeón mundial nicaragüense Cristofer Rosales (29-4, 20 KO), que este viernes, en el Talking Stick Resort Arena de Phoenix (Estados Unidos), se enfrentará por el vacante cetro mundial WBC del peso mosca al mexicano Julio César Martínez (14-1, 11 KO), púgil parte de la escuadra de Canelo Promotions que unas semanas atrás dio positivo en test antidopaje por clembuterol en una prueba realizada por la Agencia Voluntaria Antidopaje (VADA). Con todo, el WBC decidió que perdonaba esa ofensa sin sanción alguna aceptando la excusa de la ternera contaminada.
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Por otro lado, no sólo es una cuestión de que su rival podría haber tomado sustancias dopantes, sino que además Rosales tendrá frente a sí a un boxeador que recibe su segundo mundial consecutivo después del esperpéntico final de su campeonato contra Charlie Edwards, al que le propinó un golpe ilegal cuando estaba de rodillas en la lona, haciendo que el WBC se viese forzado a decretar un No Contest. Asimismo, Martínez inicia con este combate su acuerdo de copromoción con la poderosísima promotora Matchroom Boxing, que sin duda lo que menos desea es perder los réditos de su inversión y dejar de explotar el potencial económico de un boxeador mexicano y con pegada.
Así, Rosales, que disputa su séptima pelea en el ámbito de la cumbre mundial nuevamente lejos de sus seguidores y en cierta manera en terreno adverso, dado que peleará en el estado de Arizona, con importante población de origen mexicano, al lado de otros estados con mayor cantidad aún de personas de dicha nacionalidad y además con frontera con México, no tiene prácticamente nada a su favor para vencer.
Es cierto que Rosales ha sido dos veces campeón mundial y tiene más bagaje de calidad, pudiéndose encontrar en su récord nombres como los de Khalid Yafai, Mohammed Obbadi o Daigo Higa, habiendo vencido además a los dos últimos, pero si se hace una comparación directa de resultados (cosa que, eso sí, no siempre da lecturas fiables) el nicaragüense sufrió sus últimas dos derrotas de forma clara contra Andrew Selby y Charlie Edwards, precisamente dos boxeadores que sucumbieron ante la pegada de Martínez (en el caso de Edwards, estaba siendo derrotando antes del absurdo golpe ilegal).
Como ambos son dos boxeadores que como mejor combaten es avanzando y atacando en corta con sus golpes curvos enlazados, si no es que Rosales decide hacer un cambio estratégico drástico y aprovechar su envergadura para combatir con espacios, parece que el choque estará destinado a dejar fuertes intercambios de golpes y espectáculo. Con todo, si como se prevé termina siendo una batalla de desgaste, aunque Rosales tiene mucha resistencia y mejor ejecución técnica que su contrincante, su pegada golpe por golpe es inferior a la de Martínez, factor que en un encuentro de alta intensidad suele resultar determinante y que debería serlo también en esta ocasión, más aún habiendo experimentado el boxeador mexicano una drástica mejora física y en su definición muscular recientemente.
El evento en que se encuadrará este combate será emitido en España por DAZN desde la 1:00 h de la madrugada del viernes al sábado.