Darío Pérez
@ringsider2020
Lo que ha ocurrido en los últimos tiempos con el título mundial del peso crucero del WBC es difícil de entender; incluso, de explicar. Dejando atrás la época en la que el Consejo y Saúl «Canelo» Álvarez querían que el azteca optase al título con la excusa del legado, invitando incluso a su convención para escenificar el encuentro con el campeón Ilunga Makabu, los últimos años han sido aún más surrealistas que dicha situación, que nunca cristalizó. Ya la obtención del título por parte de Makabu tuvo lugar de manera más que dudosa, con la encerrona que perpetraron a Michal Cieslak en Kinsasa, hogar del nuevo campeón. El congoleño realizó dos defensas exitosas antes de ceder el título ante Badou Jack en Arabia Saudí (febrero de 2023). Spoiler 1: esa es la última pelea del sueco hasta la fecha, y van dos años.
Tras marear Badou Jack la perdiz unos meses, dejó vacante el título pidiendo ser campeón en receso «por si acaso», al ver que no había actividad económica interesante, tratando de subir a ese invento llamado Bridgerweight donde no llegó a cuadrar duelo alguno. A finales de ese año, en noviembre de 2023, disputaron el título vacante de nuevo Makabu ante Noel Mikaelyan (también conocido como Gevor y con múltiples maneras válidas de adaptar su nombre y apellido). El armenio noqueó al africano en una inenarrable gala de Don King y se las prometía felices en una categoría que vivía buenos momentos, por fin. Spoiler 2: Mikaelyan tampoco ha vuelto a pelear.
Hasta aquí, más o menos todo se desarrollaría con normalidad. De hecho, en la primera parte de 2024 el WBC propuso a Ryan Rozicki como aspirante al cetro, con acuerdo para su disputa en junio. En la semana de pelea, Mikaelyan se lesionó supuestamente, dejando al canadiense con las ganas. La contienda fue reprogramada para septiembre, pero problemas de salud del nonagenario King impidieron, de nuevo a última hora, su celebración. Como dice el refrán, a la tercera va la vencida… ¡menos aquí! Se intentó volver a celebrar el envite, esta vez promovido por el equipo de Rozicki, pero de nuevo poco antes de la pelea se anunció que Mikaelyan se retiraba de la misma por una disputa legal con King, para sorpresa de nadie.
¿Qué pasó a continuación? Que volvió a la escena Badou Jack. Noel Mikaelyan fue despojado de su título y nombrado campeón en receso. ¿Para qué? Pues sí, para readmitir, un año después, a Jack como campeón mundial de pleno derecho en la convención WBC de diciembre de 2024 (recordemos que el escandinavo no subía al ring desde hacía más de año y medio). El pandemónium, que diría nuestro compañero Jorge Lera, es tal que el propio organismo de Mauricio Sulaimán no se aclara y tiene en su web a Badou Jack como campeón del mundo y campeón en receso, todo un éxito comunicativo.
Aquí no acaba la cosa, porque, como en las grandes producciones cinematográficas, no podemos dejar ningún cabo sin atar. Y ahí tenemos a Rozicki, compuesto y sin novio, al que el Consejo le dio la oportunidad de disputar un título interino en la última fecha que tenía para guantear con Mikaelyan. El rival elegido era el argentino Yamil Peralta, que en 2022 había perdido en Canadá con Rozicki; las puntuaciones de los jueces canadienses fueron tan lamentables que el WBC dejó vacante, sin otorgar, el título intermedio que estaba en juego. Y en diciembre volvió a ocurrir, pues Peralta le dio un auténtico repaso a Rozicki para obtener solamente un empate mayoritario en las cartulinas (incluso el desvergonzado Michael Tate le dio 115-113 al local, en detrimento de un incrédulo bonaerense), quedando vacante ese título interino en liza.
Esperemos que los inteligentes lectores de ESPABOX hayan podido entender todo este embrollo causado por un organismo que no ha sabido regir e imponer los plazos adecuados para el título mundial, además de que, como no podía ser de otra manera, cualquier historia donde esté presente Don King tiene muchas probabilidades de acabar como el rosario de la Aurora.