Uno de los nombres del boxeo amateur que prometía marcar una época también como profesional acaba de volver al deporte, tras unos años en los que parecía perderse para la causa.

Hablamos de Daniyar Yeleussinov, kazajo de 33 años que fue oro en Río 2016, además de campeón mundial y continental. En sus dos participaciones olímpicas, derrotó a púgiles como Jamel Herring, Josh Kelly, Souleymane Cissokho o Gabriel Maestre, antes de hacerlo con Shakhram Giyasov de manera inapelable en la final brasileña.

Tras su paso a profesional, fue el primer kazajo que se unió a Matchroom Boxing en 2018, cuando Eddie Hearn empezó a globalizar su empresa. Tras diez peleas con los británicos y un gran ascenso, llegaron los problemas: le ofrecían la renovación con unas bolsas ridículas para el nivel de élite al que estaba llegando en un 2020 donde el peso wélter ofrecía excelentes rivales. Su estilo, más amateur que golpeador (pese a su índice de triunfos antes del límite), y su personalidad tranquila, sin calentar las peleas, cree que provocó que nadie le pusiera sobre la mesa un contrato merecido.

Subió al ring en una promoción local en 2021 y llegó la nada. Se planteó hasta la retirada por la falta de oportunidades, pero fue recibiendo inyecciones económicas y actividad en las noches IBA, pese a no incluirse sus triunfos en registro alguno. Por fin, este pasado sábado ha vuelto a los cuadriláteros noqueando al competente Joe Noynay y actualizando su récord a 12-0, 7 KO. Residente en Miami, busca la continuidad que no ha tenido estos años para ver si está a tiempo de reengancharse al boxeo de primer nivel, porque la etapa profesional es un trabajo inconcluso para él.