Carlos Utrilla
@Cjboxing

Ricky Hatton debería volver al ring… para pelear con quien le ofreció al español Nabil Krissi como rival para el debut de Sonny Upton, un norirlandés varias veces campeón nacional en amateur. Aunque Krissi no era la primera opción, Rimer Box y Formento aceptaron la pelea y se presentaron en Vratsa (Bulgaria) (16/11) para jugar sus opciones.

Upton, mucho más alto, empezó dominando, lanzando el jab y moviéndose mucho. El español, por su parte, siempre fue al ataque, absorbiendo bien los golpes del rival. A partir del cuarto round, la movilidad del debutante británico fue disminuyendo y la presión del canario-balear en aumento. Upton, cansado, se agachaba una y otra vez, y aunque Krissi no llegó a lanzar los uppercuts que se le pedían y parecía requerir la situación, pasó a dominar el combate.

No hubo momentos de gran aprieto, no hubo golpes rotundos, pero sí dominio. Aunque era difícil que le dieran el combate por ser una copromoción de Hatton (además, estaba en la esquina de su púgil) y algún round podía catalogarse de cerrado, se hizo justicia y el español ganó por puntos en seis rounds y se anota su segunda victoria en otros tantos combates.

Peor suerte corrió el otro púgil nacional en liza en esta velada, Sergio Pérez “Teki”, quien poco pudo hacer ante un boxeador que dará que hablar como Ryan Burnett (4-0). Desde el primer round, el de Belfast desencadenó un aluvión de golpes desde todos los ángulos amparado en una gran velocidad. El madrileño, por su parte, no acertaba a imponer su mayor altura y envergadura y pocas veces lanzaba el jab.

En el segundo, una derecha de Burnett, posiblemente en la parte posterior de la cabeza, mandaba a la lona a su rival, aunque Teki pareció recuperarse bien. El dominio del norirlandés siguió, aunque el madrileño no se dio por vencido y llegó a lastimar el ojo izquierdo de su oponente con una derecha.

En el último round, Sergio Pérez, valiente, se lanzó al intercambio, aunque no pudo cambiar nada. Perdió por puntos en seis asaltos, de manera clara, para dando en todo momento la cara. Algo que, por cierto, no vimos en algunos rivales de otros púgiles británicos a lo largo de la velada.