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“Me encuentro muy bien. Estamos haciendo un trabajo muy completo y ya tengo ganas de que suene la campana” manifiesta Antonio Benítez Reinoso (Marbella, 1984) cuando restan unos días para su segundo compromiso profesional. Será en el Polideportivo Guadaljaire de Málaga el próximo 23 de noviembre. El marbellí se enfrentará a cuatro asaltos al rumano Ion Micu dentro del peso medio (72,6 kilos), mientras que la pelea de fondo, a seis asaltos, cruzará al malagueño Julio Sánchez con Nordin Abderrahaman en el límite de los 69,9 kilos (superwélter). El evento, que se anuncia como “La Noche del Boxeo”, arrancará a las 20:00 horas y contempla otros 10 interesantes combates de boxeo en categoría no profesional. El espectáculo está asegurado.
Benítez resolvió el pleito de su debut con victoria a los puntos por decisión unánime ante un rival bien preparado y correoso que le hizo trabajar hasta el último instante. Fue en la gran velada que se celebró en el exquisito Hotel Hydros HolidayWorld de Benalmádena el pasado 3 de agosto. Hubo que colgar el cartel de “no hay entradas”. En esa ocasión el marbellí no acusó el salto al guante duro. “Después de 10 peleas neoprofesionales, que son también a la misma distancia de asaltos, me sentí bastante bien, con ganas de más” explica un Benítez que asegura no conocer a su rival del próximo 23 de agosto. “No suelo mirar mucho mis adversarios; dejo que mi entrenador (Pedro Antonio Carrasco) lo vea por mí. Me han comentado que es un peleador que va adelante tirando bastantes golpes. Tendremos que trabajar bien para que mi boxeo se imponga”.
Entrenamiento duro
El pupilo de Pedro Antonio Carrasco afirma que “mis entrenamientos son cada vez son más fuertes. Buscamos cada día mejorar tanto físicamente como técnicamente. La preparación que desarrollo en el gimnasio se nota. El plan de entrenamiento consiste en empezar las primeras semanas de preparación con mucho volumen de trabajo, primando la resistencia y la fuerza sin descuidar el trabajo técnico. Y, conforme vamos llegando a la fecha, bajamos el volumen de trabajo para e ir ganando en intensidad y velocidad. Además, ahora estoy mucho más mentalizado, antes tenía algunos problemillas para dar el peso. Desde el debut cuido mejor las comidas y en esta ocasión estoy ya casi en el peso”.
Llevar a cabo lo que acaba de relatar no es fácil para Antonio Benítez Reinoso. El boxeador se gana la vida como herrero. El verdadero sacrificio está fuera del ring “Me levanto a las cinco y media de la madrugada, entreno de seis a siete de la mañana, carrera o trabajo físico; a las ocho entro a trabajar, soy herrero hasta las tres de la tarde, luego llego a casa, como y descanso un poco, no mucho porque tengo un niño de 7 y una niña de 3; y de seis a ocho de la tarde voy al gimnasio con mis compañeros, entrenador, saco, manoplas, comba, sombra. Luego vuelvo a casa para ayudar a mi mujer, bañar a los niños, la cena…”
Sin embargo, la disciplina tremenda que le exige el boxeo no desanima al marbellí. “La verdad es que cada día y cada combate que pasa siento más apoyo de la gente de mi tierra y creo que si boxeo con continuidad pronto estaré boxeando con los boxeadores que encabezan el ranking español de mi peso. Ese es mi sueño” reconoce Benítez antes de despedirse con un:
“El 23 de noviembre vengan al Polideportivo de Guadaljaire, cuantos más mejor, que voy a llegar mejor preparado que nunca y el espectáculo está asegurado”