@Ringsider2020
Vicente Fernández (Alicante, 1986) regenta, junto a su mujer, el Club de Boxeo Evolution de Elche. Allí entrenan a diario con él púgiles como Kiko Martínez, Eusebio Arias o Juan Félix Gómez, entre otros amateurs y profesionales. Gestionando la vuelta a la normalidad, ha hecho un hueco en su apretada agenda para hablar con nosotros.
-Gracias por hablar con nosotros, Vicente. Sabemos que estás muy ocupado intentando volver con el club al día a día en la medida de lo posible. ¿Cómo estás?
-Estamos bien, de momento sobrevivimos porque no hemos parado de trabajar como hemos podido.
-¿Cómo se hace eso en un club de boxeo? ¿Se puede sobrevivir en esta situación?
-El 13 de marzo, viernes, ya intuíamos que íbamos a cerrar. Avisé en los grupos de WhatsApp de la situación, y el mismo lunes 16 empezamos las clases de manera online. No dejé a los socios desconectarse, y, aunque dijimos que no hacía falta porque hubo gente en apuros económicos, muchos de ellos nos ayudaron para seguir en pie. Llegué a tener clases online con 80 personas.
-Y, tras sobrevivir así, llega la vuelta a la rutina poco a poco, aunque no sea igual que antes.
-Claro, un día ya pudimos salir y preparar otra vez la sala. Yo volví y acondicioné todo; algo así te hace espabilar mucho para no hundirte, porque yo lucho por mantener esto como forma de vida. Vinieron los profesionales primero, luego clases personales con la ayuda de Eusebio Arias y, junto a ello, hemos mantenido el sistema online porque hay gente que aún no se atreve a venir, aunque controlemos el aforo y hagamos todo el protocolo de desinfección.
Sobre la higiene y demás, el virus aún está ahí y hay que ser responsables. Hacemos todo lo posible para que nadie salga de aquí contagiado: les tomo la temperatura, distancia de seguridad… A mí me preocupa la seguridad de todos, y por supuesto la mía y la de mi familia.
-Hablemos de ti. Fuiste boxeador amateur hasta hace tres años. ¿Qué te unió al boxeo?
-Empecé con fútbol y artes marciales. Vi un gimnasio cerca de mi casa con Muay Thai, empecé y me enamoré de los deportes de contacto: respeto, disciplina, honor, trabajo, compañerismo…
Esto evolucionó y yo quería mejorar los puños. Con 100 kilos, no me salían peleas en Muay Thai porque no había gente tan grande, pero en K1 sí, y ahí los puños eran más importantes. Al final, hice más de veinte peleas en K1. Tuve una lesión importante y me pasé al boxeo amateur ya un poco tarde de la mano de Kiko, e hice más de cuarenta combates. Kiko me decía que yo tenía más condiciones para el boxeo, y al final fue la disciplina que más me enamoró.
-¿Cómo fue tu etapa como boxeador? ¿Por qué no fuiste profesional?
-La realidad es que perdí pocas peleas, pero no me siento boxeador (duda), para mí esos son los que hacen 8-10 rounds. Ahora, sin embargo, sí que me siento entrenador porque vivo de ello cada día y me dejo la piel en esto. Lo que creo vital es que un entrenador de boxeo haya estado encima de un ring alguna vez, para ser capaz de entender a tus chavales en esa situación.
Me pensaba hacer profesional tras un campeonato de España. Iba dominando un combate, pero en el tercer asalto me entró una mano y me noqueó, algo que nunca me había pasado. Al año siguiente, iba a pasar a profesional también, pero me rompieron el pómulo en los nacionales. Y me vino el bajón, ya eran dos años con final complicado. Entonces de repente un día el entrenador inglés que teníamos se fue, no hablaba castellano y creo que fue un malentendido.
-Parece que se unieron unos cuantos factores para que empezases como entrenador.
-Yo reflexioné, me vi sobre los 30 años y me pregunté qué recorrido podría tener mi carrera profesional (además, en España apenas había pesos crucero como yo), o si tendría más sentido centrarme en ayudar a los jóvenes que empezaban. Me veía reflejado en ellos, y no quería que dejasen pasar el tren de profesionales cuando estuvieran listos.
¿Y eso se ha podido cumplir?
-Empecé a entrenar y me llamaron para que Juanfe Gómez pasase a profesionales a domicilio ante Dani Gómez, un tío curtido. Yo le dije que adelante, que él iba a ganar sí o sí y además le iba a fichar una promotora. Aceptamos, fuimos allí y ganamos… Y le fichó Coque, de KO Boxing.
Justo después, le dije a Eusebio que le tocaba a él, y pasamos también a profesional con la misma suerte de que le firmó Coque. Les quise dar lo que yo habría necesitado en mis tiempos amateur.
-¿A qué aspiras con ellos?
-Yo quiero hacer un campeón del mundo de alguno de estos chavales que empiezan conmigo. Estoy encantado de entrenar a Kiko y poder estar en su esquina en europeos y mundial; creo que le he ayudado en esta etapa de su carrera y cuando era su preparador físico, pero era un boxeador ya hecho…y menudo boxeador. La ilusión es ver en ese nivel a algún chavalito.
-Juanfe Gómez ya lleva ocho victorias en ocho peleas, Eusebio Arias perdió el nacional contra Damián Biacho recientemente, Fernando Jaquero está imbatido como Juanfe… equipo no falta.
-Juanfe llevaba desde los trece años peleando y fue campeón de España élite, zurdo. Es un boxeador muy difícil como rival, creo mucho en él porque es muy trabajador. Eusebio es algo mayor y quizá no tiene esa proyección de futuro, pero estoy seguro de que volverá a aspirar al Campeonato de España y ganará. También Jaquero ha empezado ahora, otro que ha fichado Coque. Este es espectáculo puro, es un Andoni Gago del peso medio, porque solo hace que tirar y tirar golpes. Edgar Martín también pudo pasar a profesionales… Finalmente, te podría hablar de Sergio Martínez, el sobrino de Kiko. Es un chaval con gran porvenir, lo ha entrenado su tío desde pequeño y yo le echo una mano. Ojalá le vaya muy bien, ahora está en la selección y pega como Kiko, es fortísimo y pinta a gran profesional. Serán los genes de esa familia (ríe).
-¿Cómo es tu día a día con varios púgiles de gran nivel en tus manos, incluido un tres veces campeón mundial? Y, en tu opinión, ¿qué necesita alguien para triunfar en nuestro deporte?
-Primero, hay que estar muy en forma. Aguantar 10-12 asaltos de manoplas varias veces por semana con alguien como Kiko, o Eusebio, o Juanfe, y mezclar un día con cada uno… Pues tienes que estar fuerte para aguantar esa carga. Mi receta es trabajo y trabajo, prefiero a alguien con menos talento y mucho trabajo que a alguien con más clase pero sin ganas de progresar.
Otra cosa que valoro es la humildad. Tengo la suerte de haber conocido el mundo del boxeo con un chaval como Kiko Martínez. Cuando ves su forma de ser modesta en contraste con algunos amateurs, que miran por encima del hombro a la gente o con gestos de chulería…es increíble.
-Kiko ha tenido varios entrenadores. ¿Cómo empezaste con él?
-Yo soy entrenador de crossfit, halterofilia y otras disciplinas, y muy activo en el campo de la ciencia aplicada al deporte. Llevo como su preparador físico desde la pelea de Warrington. Yo intento ver el boxeo basándome en la ciencia y analizo a cada oponente minuciosamente; estudié mucho al británico y enfoqué la preparación a cosas específicas del rival. Metí fundamentos técnicos para las combinaciones que más usaba Warrington, y la pelea salió como habíamos ensayado. Al acabar, me pidió que fuera su entrenador, no solo en el plano físico… hasta hoy. Hacemos aquí los campamentos, como en su último mundial con Gary Russell.
-También vemos en el rincón de Kiko a Tinín Rodríguez. ¿Cómo compaginas el trabajo con él?
-Somos un equipo. Tinín está en la esquina de los combates, tiene más experiencia a este nivel. Yo quiero aprender para mi carrera futura y estoy contento de compartir espacio con él.
-Sabemos que a principios de año Kiko negoció para boxear en Inglaterra y al final no se dio. ¿Qué planes hay con él? Le hemos visto vídeos estas semanas y está en una forma tremenda.
-Kiko es un soñador y un currante, vive por y para el boxeo. La gente piensa que es mayor, pero no le ven cada día, porque la llama no se le ha ido. Ayer hizo 12 rounds de Gobernadora, íbamos a hacer ocho y al final doce. Kiko está mejor con 34 años de lo que estaba con 30. Entrena a muerte, se alimenta como debe y hace todo lo necesario para que se pueda alargar su carrera.
Él tiene el presentimiento de que vuelva a surgir algo pronto, quizás una pelea grande con otro boxeador nacional o fuera. No hay nada en negociaciones aún, pero esperamos con ilusión.
-¿Cómo ves el futuro del boxeo español? Además, organizáis veladas y se vienen tiempos complicados si no se levantan las reducciones de aforo.
-El boxeo está cambiando, vamos entrando muchos entrenadores jóvenes, metodologías, más ciencia, fundamentos de medicina, etc. Nosotros no hacemos veladas como tal, alquilamos la instalación al antiguo dueño, el Club Boxeo Elche (quien las organiza en realidad) con Arturo Agulló. Le agradezco mucho su ayuda, yo boxeaba en gran parte gracias a él y ahora aún trabajamos juntos. El futuro no tiene por qué ser malo, pero necesitaremos tiempo, trabajar unidos y con cabeza. Igual será difícil lucrarse, pero los chavales tienen que pelear para no perder a una generación de boxeadores. Las federaciones territoriales tienen que ayudar en lo posible.
-¿Ves viable el retransmitir por streaming o PPV asequible para que os compensen los aficionados si no se puede acudir a las veladas?
-Sí, está claro que esto lo tienen que mover los promotores más importantes del país. Gente como Maravillabox, Ricardo Sánchez Atocha, KO Boxing, MGZ y demás tendrán que apostar por negociar con las televisiones o el streaming, porque si no va a ser imposible el boxeo profesional.
-Pues esperemos que este futuro sea lo mejor posible. Que todo vaya bien y mucha suerte.
–Muchísimas gracias, encantado de hablar con vosotros.