Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

El boxeo es un deporte de riesgo, apasionante, pero en el que circunstancias adversas pueden llevarte a una prematura despedida. En la vida, un golpe de buena suerte cambia positivamente tu realidad, pero un golpe de mala suerte puede dirigirte a la desgracia. En agosto de 2024, en Alburquerque (EE. UU.), el campeón mundial IBF del peso pluma, el mexicano Luis Alberto “Venado” López, encontró el infortunio en el décimo asalto de la cuarta defensa de su título. Tras un combate intenso, de impetuosos intercambios que agotaron las municiones de ambos pistoleros, una potente izquierda del retador, el local Ángelo Leo, colocó en posición horizontal al pétreo campeón, que escuchó la cuenta completa.

Minutos después, sentado en un taburete hablando con el médico y con su entrenador, surgió la temible pregunta de “¿dónde estamos?”, que presagiaba una importante conmoción cerebral. La vida está llena de celadas, de cepos, que pueden dañarte en cualquier momento, pero mayor peligro tienen los pugilistas, que transitan por terreno minado en el desarrollo de su actividad. Era la primera derrota de López por KO y probablemente parecía la última, porque un golpe de mala suerte o quizás de buena suerte, según lo valoremos, provocó un sangrado cerebral, insuficiente para arrebatarle la vida, aunque suficiente como para decir adiós a su forma de vivir.

Pero el Venado López (30-3, 17 KO), un púgil valiente, muy duro, con un boxeo deslavazado, de golpes con trayectorias poco académicas, asimilado en las peleas callejeras de plazuelas mexicanas, pero con un buen pulimento en los gimnasios que le hizo llegar a lo más grande, a ser campeón mundial, finalmente volverá el próximo 29 de marzo a los cuadriláteros tras unos meses difíciles.

A pesar de la hospitalización tras sangrado cerebral, que incluso amenazaba con terminar la carrera del mexicano de 31 años, superó el trauma y, tras haberse realizado exámenes médicos de garantías (en palabras de su equipo), está en condiciones de subir de nuevo al ring.

López se encontrará sobre el tapiz de Mexicali (México) con Eduardo Montoya (21-7-1, 14 KO) a diez asaltos. Confiemos en que la decisión sea la acertada, aunque esté jugando con su vida, y no agrave el problema que le hizo pensar en la retirada del boxeo.