Daniel Pi
@BastionBoxeo
De nuevo se enfrentaba a una de las principales caras del peso supermosca, otra vez siendo para muchos una víctima propiciatoria, pero igualmente el tailandés Wisaksil Wangek (45-4-1, 40 KO) (apodado Srisaket Sor Rungvisai) derrotó por justa decisión mayoritaria (117-111, 115-113, 114-114) a Juan Francisco Estrada (36-3, 25 KO), reteniendo su corona de campeón mundial WBC del peso supermosca en el combate estelar de la velada SuperFly 2, organizada en el Forum de Inglewood (Estados Unidos).
Como en los primeros compases Wangek no arrancó con gran ritmo combativo, Estrada hizo valer su mayor rapidez para entrar con directos y salir antes de que le alcanzase la respuesta del campeón, que no encontró las facilidades que “Chocolatito” le dio para cruzar golpes de poder. De este modo, aunque llegó con peligro con algún izquierdazo recto y algunos ganchos al torso, siendo menos ágil y menos veloz, tanto de piernas como de manos, y midiéndose a un boxeador más técnico, Wangek se mostró algo incomodado. Por su parte, “El Gallo” giró constantemente hacia la derecha de su zurdo rival para evitar su mano potente, jabeó, conectó fugaces uno-dos y contuvo las ofensivas con su gancho de izquierda, aislado o enlazado con directo.
Igualmente, alguien con el tesón y la constancia de Wangek no se iba a rendir ante las dificultades, de modo que continuó en su sosegada búsqueda de golpes al cuerpo que mermasen la agilidad de piernas de Estrada, sin olvidar sus potentes ganchos y directos al rostro. Quizás, su desgaste no era excesivo, pero en torno a la mitad de la contienda la movilidad de Estrada no era tan grande como al inicio ni jabeaba con la misma frecuencia, permaneciendo mucho rato falto de resolución y permitiendo que Wangek lanzase ofensivas que, por claridad y contundencia con sus golpes de poder, empezaron a decantar la pelea a su favor paulatina pero constantemente.
El mexicano necesitaba regresar a la senda que había marcado al inicio, pero entonces pareció algo perdido, errando muchos golpes y mostrándose incapaz de adaptarse a la pelea, dando la sensación de que, teniendo pensada una táctica basada en el contragolpe de un oponente volcado al ataque, ahora no sabía contestar a las calculadas ofensivas de su contrincante. Obviamente, el directo diestro de Estrada siguió llegando y en ocasiones ofreció buenos ataques en desplazamiento, pero Wangek siempre conectaba un dos-uno desde la distancia larga, un recto al torso o simplemente contestaba gancho por gancho o jab por jab para igualar los asaltos o decantarlos de su lado.
Llegada la pugna al último cuarto, Estrada reordenó algo su boxeo, redujo los riesgos y tiró de precisión y velocidad para capturar algunos episodios, pero un Wangek calmado y sobrio, nada que ver con el púgil que se lanzaba en desesperados ataques contra Román González, se mantuvo firme, dio un paso atrás cuando fue necesario o contragolpeó con su directo zurdo y su croché diestro para no dejar escapar la contienda, que terminó con un intenso duodécimo asalto en el que Estrada se impuso por rapidez en los intercambios.
A estas alturas de la pasada temporada, todo parecía indicar que “Chocolatito” González iba a realizar ante el extitular Wangek una mera defensa antesala del gran combate de revancha ante Estrada, no pensando nadie que el tailandés iba a alcanzar un gran renombre al realizar una enorme gesta en poquísimo tiempo. Y es que, menos de un año después, el ahora campeón mundial WBC no sólo cuenta con dos triunfos sobre el nicaragüense, que era valorado como el número 1 de la división, sino que también ha batido al mexicano, que muchos consideraban el número 2 de la categoría. Así, Wangek se asienta como el dominador del complicadísimo peso supermosca y apunta seriamente a la parte alta del ranking de todos los pesos, esperándole una defensa obligatoria ante un McWilliams Arroyo que derrotó ayer a Carlos Cuadras en una eliminatoria y que le dará la oportunidad de seguir construyendo un fantástico legado.