Daniel Pi
@BastionBoxeo
Frank Warren, Bob Arum y Al Haymon están dispuestos a poner una cantidad notable de esfuerzo para conseguir que Tyson Fury y Deontay Wilder vean aumentados sus perfiles y que la revancha entre ambos arroje grandes números, pero la forma que ha encontrado el excampeón mundial británico para darse a conocer no entusiasma al presidente de Queensberry Promotions. Y es que Fury ha decidido hacer una incursión en los shows de máxima audiencia en Estados Unidos de la lucha libre, los pertenecientes a la gigantesca WWE, compañía que ingresa al año más de 900 millones de euros.
Si bien Warren es consciente de que la aparición de Fury ante las millonarias audiencias de estos programas de lucha libre es algo eminentemente positivo desde el punto de vista de la promoción, lo que verdaderamente le preocupa es que dichos esfuerzos terminen desembocando en una catástrofe si se le reabriese el corte. Y es que, aunque las escenas de la llamada lucha libre profesional (no confundir con la lucha libre olímpica) estén coreografiadas, eso no quita que alguien pueda llevarse un manotazo sin querer o que padezca cualquier otro percance indeseado, algo que muchos de los fans de Fury temieron al verlo en una “batalla” en la que confronta a uno de los luchadores mientras un grupo de guardias de seguridad y wrestlers “intentan separarlos”.
Combinando su interés en la promoción con su preocupación por el corte, Warren declaró:
“A Tyson Fury le encanta. Ese vídeo sobre la pelea que está dando vueltas por las redes sociales tiene como cuatro millones de visualizaciones. Su perfil se hace más grande cada vez y nos hace a nosotros, los promotores, un verdadero favor yendo a la WWE. Pero sinceramente, no me gusta el riesgo de que el corte se le abra. Tyson tiene sus propias normas. Aun así, es un riesgo, no hay duda de ello. En un mundo ideal preferiría que no lo hiciera. Es un estrella de la lucha libre de forma natural. Todavía estoy esperando la llamada de Tyson para decirme que ha acabado con todo eso de la WWE”.