José Manuel Moreno
Para nadie es un secreto la intención del actual campeón mundial del peso pesado del WBC, el ucraniano Vitali Klitschko, de presentarse a las elecciones presidenciales de su país en 2015. Casi nadie duda de que durante los próximos meses, el mayor de los Klitschko, de 42 años, hará pública su decisión de retirarse del boxeo y, por tanto, dejar vacante su corona. Vitali lleva casi 14 meses inactivo, concretamente desde el 8 de septiembre de 2012, cuando venció por nocaut en cuatro asaltos al alemán Manuel Charr.
Si todo este proceso se cumple, la poderosa promotora Golden Boy Promotions está ya en negociaciones para un combate por la corona vacante, que enfrentaría al nº 1 del organismo que preside José Sulaimán, el canadiense Bermane Stiverne (23-1-1, 20KO) (en la foto a la izquierda en su combate ante Arreola) y al nº 3 y actual revelación de la división, el estadounidense Deontay Wilder (30-0, 30KO). Y aquí viene justamente el punto de conflicto, porque el 2º clasificado, el exretador del título mundial, el también estadounidense Chris Arreola no piensa transigir con esta situación y está dispuesto incluso a impugnar la celebración de esa pelea. Arreola ya se midió a Vitali en septiembre de 2009, perdiendo por abandono en el 10º asalto.
Por su parte, el «Bombardero de Bronce» Wilder se ha manifestado dispuesto a enfrentarse a Arreola y ha recordado que este ya perdió en abril pasado ante Stiverne en un combate que, aunque llegó a la distancia, resultó muy desigual a favor del canadiense de origen haitiano.