Carlos Utrilla
@CJBoxing

Y no hubo quinto malo. Al contrario, fue doblemente bueno. Por un lado por el resultado y, por otro, porque anoche en Rho (26/04) se vio un combate bellísimo y duro entre dos boxeadores que lo dieron todo para intentar ganar y coronarse campeón de Europa del peso mosca. Entre dos hombres que tenían una larga relación con el título en juego: para Andrea Sarritzu era la décimo primera pelea por este cinturón, habiendo reinado en dos etapas distintas, y Valery Yanchy intentaba conseguirlo por cuarta ocasión (más una el de la división gallo).

Además, como en la previa apuntamos, dada la edad de ambos púgiles (36 el coruñés y 38 el corso), la pelea tenía carácter de último tren para los dos. Sonaba, por decisión de Yanchy, el himno español en el ring de la ciudad lombarda y tras guardar un minuto de silencio por la figura del fallecido excampeón mundial italiano Sandro Lopopolo (aquél que perdió un europeo del superligero con el tinerfeño Juan Albornoz “Sombrita”), la pelea comenzaba.

Yanchy, que horas antes nos había contado que se sentía bien y más fuerte que nunca, empezó administrando su ventaja de envergadura, usando el jab de derecha y conectando izquierdas largas. Dentro de la igualdad dominante, parece que controlaba las acciones, aunque Sarritzu metía ganchos arriba con ambas manos que entraban nítidos, así como alguno (desde el 2º round más esporádicos) a la zona hepática. Un boxeo más trabajado el del hispano-bielorruso, pero el corso no perdía la cara al combate.

En el 4º y el 5º el dominio de Yanchy se hizo más claro, girando sobre su rival, dando un paso atrás y bombardeándole con golpes a la cabeza. Esto llevó a que el mismo jefe de OPI2000, Salvatore Cherchi, se instalara de manera definitiva en la esquina de su púgil y le instara a cambiar el estilo. A partir de aquí, y excepto algún round en forma de respiro, Sarritzu se fue a buscar a Yanchy para paliar la diferencia de altura y alcance.

En el 6º el italiano conectó de forma peligrosa al coruñés, aunque este en los siguientes rounds pareció volver a controlar el ritmo: daba un paso atrás ante la presión de su rival y tampoco rehuía la corta distancia, usando su cuerpo para frenar el ímpetu de Sarritzu y hacerse espacio para buscar los ganchos cortos. Los intercambios eran constantes y a partir del 9º se iban a recrudecer. El púgil local sabía que tras la polémica primera pelea tenía que ganar de forma nada dudosa, pues esta vez los jueces estarían “más atentos”: el presidente de la EBU, el belga Bob Logist, ejercía como supervisor.

Los cuatro últimos rounds fueron de una intensidad extraordinaria, con ambos púgiles pudiendo visitar la lona. A Yanchy le llegaron numerosas manos duras, pero se reponía y lanzaba certeras combinaciones que parecían a punto de noquear a su oponente… hasta que Sarritzu, ayer con una condición física excelente, volvía a la carga para llegar con sus golpes y recibir nuevamente castigo. El 10º fue un round muy duro pero el 11º fue todavía más impresionante. El 12º, con los dos muy cansados, todavía vio cómo ambos se buscaban para intentar cerrar mejor las acciones y convencer a los jueces.

Después de la batalla, los saludos entre los dos guerreros, la ovación del público, los nervios y las tarjetas. 115-113, 116-113 y 116-112: ganador por decisión unánime… Valery Yanchy, quien no pudo reprimir alguna lágrima y que se agachó a besar la lona. Sarritzu, digno de elogio tanto durante el combate como después del mismo, aplaudió al nuevo campeón, que le explicaba con palabras y gestos (moviendo la mano) que ya era hora, a la quinta lo había conseguido. El veterano guerrero sardo posiblemente ponga aquí el punto final a su larga carrera. Eso sí, de manera más que digna.

Para Yanchy, que respetuosamente fue aclamado por el público por su entrega y su simpatía, se abre una nueva etapa. En Europa o ya se verá si a nivel mundial. Los propios comentaristas italianos, que también le alabaron (y los comentarios técnicos son del gran Nino Benvenuti), le preguntaron si haría el mundial. No es fácil dada la competitividad de la división, pero sabemos que en A Coruña Planas (gran trabajo de preparación el suyo) tiene ideas al respecto.

Eso sí, antes toca descansar. Descansar y disfrutar del título conseguido anoche, en la batalla de Rho, donde sólo podía ganar uno. Y fue el mejor, el que ya había esperado demasiado para ello: el “Gentleman”, Valery Yanchy.